Una buena parte del transporte bajo temperatura dirigida por carretera lo aglutina la industria alimentaria, aunque no es el único sector que necesita de este tipo de vehículos, pues a esta se le suman la farmacéutica y médica, y en general, todas aquellas mercancías perecederas enmarcadas en el acuerdo internacional ATP. Este pacto define y regula las unidades especiales para el transporte de mercancías perecederas en unidades isotermas, refrigerantes, frigoríficas y caloríficas. Tiene como objetivo medir y controlar la isotermia, así como, regular la eficacia de los dispositivos de refrigeración o calefacción de las unidades especiales que se dedican a este tipo de transporte. Este acuerdo normativo se puso en marcha en 1970, aunque no entraría en vigor hasta 1976. Desde entonces, se ha visto revisado y actualizado en varias ocasiones con un único propósito, mejorar las condiciones de conservación de la calidad de las mercancías perecederas durante su transporte, especialmente en el transcurso de los intercambios por países.
Tipos de vehículos
Como hemos venido diciendo, mercancías perecederas hay de muchas clases, y por ello, los vehículos también deben adaptarse a estas. No es lo mismo, transportar vegetales recogidos en el campo que llevar pescado ultracongelado, por ejemplo. De este modo, una unidad isoterma es aquella que está construida con paredes aislantes, tanto puertas, piso y techo, que permiten limitar los intercambios de calor entre su interior y el exterior. Estos vehículos pueden dividirse en dos grupos: isotermo normal y reforzado, en función de su coeficiente global de transmisión térmica (K). El reforzado contará con paredes laterales de al menos 45 mm de espesor cuando se trate de vehículos de transporte de una anchura superior a 2,50 metros y un coeficiente K igual o inferior a 0,40 W/m2.
Mientras, una unidad refrigerante será un isotermo que contará con la ayuda de una fuente de frío como hielo hídrico, con o sin adición de sal, placas eutécticas, hielo carbónico, gases licuados, etc. Deberá ser distinta de un equipo mecánico o de absorción, que permita bajar la temperatura en el interior de la caja vacía y mantenerla con una temperatura exterior media de +30 °C. Estos vehículos también se clasificarán en clases; clase A como máximo +7 °C, clase B como máximo -10 °C, clase C como máximo -20 °C y clase D como máximo 0 °C. El coeficiente K de las clases B y C será obligatoriamente igual o inferior a 0,40 W/m2.
La unidad frigorífica, por su parte, también es una unidad isoterma provista de un dispositivo de producción de frío individual o colectivo. Es decir, un grupo mecánico de compresión o una máquina de absorción, entre otros, que permita, a una temperatura exterior de +30 °C, bajar la temperatura interior, de la caja vacía y mantenerla después de manera permanente. De la misma forma que en el anterior, estas unidades también se clasifican según sus capacidades frigoríficas. Clase A con un dispositivo para la producción de frío entre +12 y 0 °C, clase B entre +12 y -10 °C y clase C entre +12 y -20 °C. Para la clase D la producción de frío será constante y fijo igual o inferior a 0 °C, en la clase E a -10 °C y en la clase F igual o inferior a -20 °C. El coeficiente K para todas estas categorías será igual o inferior a 0,40 W/m2, a excepción de la primera, la clase A.
Por último, la unidad calorífica también se tratará de un isotermo que permita elevar la temperatura en el interior de la caja vacía y mantenerla después durante doce horas al menos sin repostado, a un valor prácticamente constante y no inferior a +12°C. Se clasificarán en dos grupos en función de la temperatura media exterior de la caja; -10 °C para unidades caloríficas clase A y -20 °C en la clase B. El coeficiente K de esta última clase también deberá ser igual o inferior a 0,40 W/m2.